martes, 27 de abril de 2010
CalleJeRoS ViaJeRoS
http://maria-en-india.blogspot.com/2010/02/la-gran-boda-sij.html
Link a video completo: http://play.cuatro.com/on-line/#/portada/callejeros-viajeros/ver/dheli
martes, 20 de abril de 2010
UdaiPuR - Ciudad de MahaRaNaS
Por la tarde, después de descansar y de pasear un poco por las calles repletas de tiendecitas de artesanías y sedas de Udaipur, fui a visitar el templo Jadish, a la ceremonia que empezaba a las 7 de la tarde. Un señor que iba a rezar me dijo que me acercase y me quiso hacer partícipe de toda la ceremonia, me dio unas flores para que las ofreciese al dios Vishnuji, una imagen de piedra negra a la que todos rezaban. El hombre estaba tan emocionado que me acercó hasta la imagen (el templo estaba repleto y todos cantaban como locos, con una devoción que pocas veces había visto antes en India, daban palmas y tocaban cientos de campanas sin parar), entonces el se puso a agitar como un plumero gigante enfrente del dios, a la vez que seguía cantando, y todo emocionado quería que yo también lo agitase, yo estaba alucinando, y menos mal que no me dejaron porque por lo visto sólo lo podían agitar los hombres (para variar), así que por primera vez me alegré de que esto fuese así :) El hombre me dijo que toda la gente estaba tan emocionada porque este dios cumplia todos los deseos que se le pedían, y yo (que por intentarlo no perdía nada), le pedí un deseo que no se ha cumplido, así que creo que por ahora seguiré sin convertirme al hinduísmo!! :P
¿Verdad que este lugar es una maravilla? Una vez más lo bueno volvió a terminar (para que puedan venir mas cosas buenas), y me tocó regresar a mi (esta vez más que nunca) gris y queridísima Delhi, esta vez además con regalito incluido de temperaturas de 43ºC de las que estamos "disfrutando" en los últimos días!!
domingo, 11 de abril de 2010
NePaL - en el CoraZón de loS HiMaLaYaS
Nepal, a pesar de estar tan cerca de India, me ha parecido un país muy diferente. Katmandú (la capital) tiene un aspecto de “ciudad” que me ha asombrado bastante, desde luego nada que ver con Delhi, donde todo parecen urbanizaciones residenciales y avenidas. Para empezar, las calles de Katmandú me han parecido en general bastante limpias, no obstante, añadiendo la excepción de que en Katmandú la basura se acumula cada día en puntos específicos en cada calle (hay que dar gracias de que al menos todos se ponen de acuerdo para acumularla en el mismo punto), y luego se quema cada cinco días. A lo que me refiero, es que debido a ello, no es difícil que os podáis imaginar el olor que se desprende de dichos estercoleros a partir del tercer día en que la basura está acumulada, y cada vez que pasas al lado de uno de ellos es realmente insoportable, incluso para mí, que se puede decir que ya estoy más que acostumbrada a este tipo de “inconveniencias”. Por lo demás, Katmandú es una ciudad bastante ordenada dentro del caos característico de las ciudades de esta parte del mundo, y además tiene bastantes bares y restaurantes con comida más que aceptable, muchos de ellos con música en vivo, lo cual se agradece muchísimo (sobre todo se pueden encontrar en el barrio de Thamel).
Esta vez voy a contar al viaje que hemos hecho día por día, por alguien pensáis visitar Nepal próximamente y os puede servir de ayuda.
Llegamos a Katmandú el jueves al medio día. No fue una llegada muy agradable, ya que al bajar del avión, te hacen de rellenar diez mil papeles de entrada a Nepal para poder darte un visado válido durante 15 días, así que con esto ya tardamos casi dos horas (y no exagero) en salir del aeropuerto. Para obtener el visado hace falta una fotografía y 25 dólares americanos (recomiendo llevar dólares en mano porque de otro modo, te cobran 25 euros, así que al cambio sales perdiendo si pagas en euros). Otra recomendación, si necesitáis cambiar dinero a rupias nepalíes, cambiadlo en la oficina de cambio que hay dentro del aeropuerto, antes de haceros el visado (antes de salir), es cambio es mucho mejor que el que te hacen en las casas de cambio en la ciudad.
Cuando por fin logramos todos los visados y salir del aeropuerto, nos esperaba el coche del hotel y fuimos directamente. Llegamos al hotel, y entre que descansamos un poco y que bajamos a comer tranquilamente, nos dieron las 6 de la tarde. En Nepal anochece aún antes que en Delhi, a eso de las 5.30 de la tarde en el mes de abril, así que aunque ya era de noche, no queríamos perder toda la tarde y quedarnos en el hotel, así que decidimos coger un taxi y decirle que nos llevase hasta el centro de Katmandú. A todo esto, Miriam y Jesús se quedaron en el hotel, porque Jesús ya venía malito de Delhi (a alguien le tenía que tocar), aunque por suerte vino un médico muy majo a verle al hotel y a la mañana siguiente ya estaba muchísimo mejor (no adelanto acontecimientos).
El caso es que el resto cogimos un taxi y nos fuimos al centro, a la plaza de Durbar Square. Lo que no sabíamos es que en Nepal, no hay iluminación nocturna en las calles! No sé muy bien si esto se deberá a restricciones del gobierno, o a que la red eléctrica de las calles no da para más, que seguro que es lo más probable. Ya de camino, en el taxi, íbamos todos comentando dónde diablos nos estábamos metiendo. Llegamos a Durbar Square y dijimos: “ya que estamos aquí, como no nos vamos a bajar a dar un paseo?”. El taxi se fue y nos quedamos pensando: “bueno, estamos aquí, ahora qué?”. No puedo explicar lo que sentía en ese momento, era mi primera toma de contacto con Nepal y también con la ciudad de Katmandú, de repente me vi en una plaza de un pueblo rodeada templos tibetanos, totalmente a oscuras (tan solo había algunas hogueras en la calle), con gente local de un lado para otro (no había ni un solo occidental), algunos incluso te asustaban (no por ellos, sino por el contexto)… no exagero si digo que parecía que habíamos saltado en el tiempo y de repente estábamos en la edad media más absoluta. Todos juntitos paseamos un poco alrededor de la plaza, pero no duramos mucho tiempo porque de verdad que era un poco miedoso estar ahí (sobre todo era sugestión, lo sé, porque no había nada de luz, pero es que hasta yo me sentía así, y eso que llevo ya 6 meses en India), así que después de media horita cogimos otro taxi y regresamos al hotel. Esa noche llegué alucinando de lo que había visto ahí fuera, y no podía esperar a que amaneciese para conocerlo todo de día.
Día 2. Everest – Katmandú – Patan – Boudhanath
El viernes nos levantamos realmente pronto, como a las 5.30 de la mañana, porque teníamos que ir al aeropuerto a coger el vuelo de Buddha Air para sobrevolar la cordillera del Himalaya, y sobre todo, para ver el Everest! Íbamos con muchísimas prisas y estresados porque llegábamos muy justos de tiempo, total, para luego esperar 2 horas en el aeropuerto porque el vuelo se había retrasado. Menos mal que la espera mereció la pena! El avión era súper pequeño, sólo tenía dos filas de un asiento, en total éramos 15 pasajeros. La vista de la cordillera es IMPRESIONANTE desde ahí arriba, además nos dejaron acercarnos de uno en uno a la cabina del piloto, y éste nos explicaba cuál era cada cumbre y nos señalaba el Everest. Estas dos fotos las tomé desde la avioneta.
Después del vuelo nos dirigimos de nuevo hasta la plaza de Durbar Square de Katmandú, donde esta vez sí pudimos pasear tranquilamente. La plaza me impresionó muchísimo (aunque menos que las de Patan y Boudhanath, pero como fuimos de menos a más, todo me impresionaba mucho!). La arquitectura nepalí de los templos y casas era increíble. De Durbar Square sale una calle que da a una plaza muy grande que está llena de puestos de artesanía y antigüedades, comimos en el rooftop de un edificio con unas vistas preciosas de Durbar Square y esta plaza. Miriam no pudo resistir la tentación de bajar mientras los demás nos tomábamos los postres, para hacer unas últimas compras en esta plaza. Mientras, nosotros la observábamos desde lo alto del edificio, está hecha toda una profesional del regateo! :P
Unos niños se acercaron a pedir limosna, pero no me gusta dar dinero a los niños porque en la mayoría de los casos este dinero no va para ellos, sino que se lo entregan a algún adulto que les tiene controlados o que está sentado a la sombra de un árbol mientras ellos mendigan obligados (y esto lo he visto con mis propios ojos en varias ocasiones). Entonces les dije que no les iba a dar dinero, pero que si quería les compraba algo de comer, a lo que comenzaron a decirme sin parar la palabra… chocolate, chocolate! Les compré unas porciones de tarta de chocolate de una pastelería y por un momento eran los niños más felices del universo, al menos por un ratito. Y desde luego yo también lo fui con las sonrisas que me regalaron.
Después de comer nos dirigimos a la plaza de Patan, más impresionante aún que la anterior. Patan, aunque en los mapas aparece como un pueblo separado de Katmandú, en realidad es como un barrio al sur de Katmandú, porque no sales de esta ciudad para llegar a la plaza de Patan (por cierto, esta plaza es patrimonio de la humanidad). Estuvimos otro buen rato paseando y tomando fotografías, y como ya iba a anochecer pronto, tuvimos la “gran idea” de mezclarnos un poco con la cultura local, y tomamos una especie de carromato donde nos metimos todos para llegar hasta el templo de Boudhanath (no fue una buena idea :P).
Agotados de un día tan intenso y del madrugón que nos habíamos pegado, nos fuimos al hotel a cenar y a descansar.
Día 3. Baktapur – Nagarkot – Pashupatinath - Thamel
El sábado decidimos dormir un poco más (hacía falta), y sobre las 10 de la mañana salimos en coche hacia la ciudad medieval de Baktapur, a 13 kilómetros de Katmandú, y toda la ciudad en conjunto es patrimonio de la humanidad. Para entrar a Baktapur hay que pagar 750 rupias nepalíes (unos 7 euros), que utilizan para su proyecto de conservación que es el más extenso de todo Nepal. Os aseguro que sin duda Baktapur es una de las joyas de Nepal y del exotismo, y aquellos que algún día visitéis Nepal, esta ciudad es visita obligada. La ciudad fue fundada en el año 1200 a.c., y está llena de calles estrechas empedradas de ladrillo, con santuarios ocultos entre el mar de estatuas que llenan la ciudad. El sábado es día festivo en Nepal, ya que es como para nosotros los domingos, y había un templo donde estaban sacrificando animales para realizar ofrendas, y estaban cortando las cabezas (ya que éstas eran la ofrenda) y todo estaba rodeado de fuegos e inciensos. Se puede decir que Baktapur es una ciudad-museo, hay muy pocos turistas aún, y ves a los hombres y mujeres de la ciudad realizando sus labores diarias, monjes por la calle cantando, niños cargando con sus hermanos a la espalda… La plaza central del pueblo (la plaza de Durbar) es la más impresionante, con el palacio real y varios templos hindúes de tipo pagodas.
Día 4. Swayambhunath Stupa y vuelta a Delhi
El último día, antes de ir al aeropuerto para regresar a Delhi, fuimos al templo de Swayambhunath, que es el más antiguo de Katmandú, y por lo tanto se considera uno de los más sagrados. El templo está situado en una colina y hay unas vistas del valle de Katmandú bastante chulas. También se supone que desde el templo se divisa la cordillera del Himalaya, que una vez más no pudimos ver por la neblina. A mí personalmente no me llamó demasiado la atención, a lo mejor porque ya había visto cientos de lugares impresionantes durante esos tres días J Sin embargo, las vistas si que merecen la pena, y más aún si se hubiese divisado el Himalaya!
A las 12 habíamos quedado en el hotel con los tíos y los primos, que habían ido a otro lugar aprovechando esa última mañana, y como todo llega a su fin, tocó volver al aeropuerto para regresar a Nueva Delhi.
Sin duda este ha sido uno de los viajes más bonitos que he hecho. Nepal es un país de una gran belleza paisajística, cultural y arquitectónica. Sin lugar a duda me ha quedado visitar Pokara, que debe ser impresionante, lleno de lagos y naturaleza a los pies de la cordillera con las cumbres más altas del mundo. Tal vez vuelva, tal vez no, porque aún me queda muchísimo por visitar en India, y cada vez menos meses de estar por aquí.
Ha sido un viaje maravilloso con la familia. Ellos ya se han marchado, y yo sigo echándoles de menos, pero estoy contenta y feliz por todos los recuerdos bonitos que tengo y que se me vienen a la mente :)
A todos los demás os sigo animando a venir por aquí aunque sólo sea unos días… vaaaamos!! a qué esperaís??? :)
miércoles, 7 de abril de 2010
Donde No LloRan al MueRTo - VaRaNaSi
Todos los hinduístas deben visitar Varanasi al menos una vez en su vida, y por eso hoy en día es un gran centro de peregrinación. Muchos hinduístas vienen a Varanasi a morir, y pasan sus días de agonía en esta ciudad, porque según el hinduísmo, si las cenizas de los difuntos se vierten en el río Ganges se rompe el ciclo de reencarnaciones. Como podreis imaginar, esto significa que en Varanasi se pueden ver contínuas cremaciones de difuntos (unas 40 de media al día), y posteriormente las cenizas se lanzan al río. No obstante, hay cinco tipos de persona que no se queman, y que se lanzan al río tal cual al morir, generalmente con piedras atadas para que se mantengan en el fondo (aunque a veces no son muy efectivas...) estas son: las mujeres embarazadas, los niños, los fallecidos por mordedura de cobra, los leprosos y los hombres santos.
El camino desde el aeropuerto hasta el hotel en taxi ya fué toda una odisea, (corrijo, coche cochambroso de hace 20 años, sin cinturones de seguridad, en muchos casos sin velocímetro, pero eso si, imprescindible el claxon con sonido mega potente de feriante). El tráfico era mucho peor que en Delhi, un gran caos, los guardias de tráfico parecían marionetas mareadas, muchos incluso se apartaban de la carretera desanimados, y los papas y los tios, como no, alucinaban ante semejante espectáculo.
Llama también muchísimo la atención, que a tan sólo unos metros de los crematorios jóvenes y niños se bañan y juegan en el Ganges, mientras que los más ancianos rezan y realizan rituales sumergidos en sus aguas. Todos mezclados, niños y ancianos, jóvenes y adultos, hombres y mujeres, cada uno atento a su juego, a su baño, a su rezo o ritual, sin importar lo que hagan los de su alrededor.
Cuando cae el sol, a eso de las 6 de la tarde, se celebran todos los días pujas en el Ghat principal, que es un ritual de ofrendas y veneraciones al río Ganges. Todo el paisaje se inunda de luz, llamas, velas que se ponen en cuenquecitos y flotan en el río, inciensos, cantos.... un momento mágico, aunque demasiado multitudinario. A nosotros se nos acercó un muchacho indio de unos 17 años, muy simpático el, preguntando por nuestro país y explicándonos cosas sobre varanasi, al final un poco pesado (estuvo al menos dos horas con nosotros siguiendonos a todos lados), y resulta(que "sorpresa"), que al final quería que fuésemos a ver la tienda de su padre.
Después del paseo fuimos a desayunar, y después, mientras dabamos un paseo para hacer tiempo hasta que llegase la hora de volver hacia el aeropuerto, nos encontramos en una calle muy muy estrechita, una casa de acogida que fundó la Madre Teresa de Calcuta. Preguntamos si podíamos pasar y nos dijeron que si. Dentro nos recibió una hermana, y nos enseño todo el recinto. SOBRECOGEDOR lo que vimos. Había una zona para mujeres y otra para hombres, gente sin ningún tipo de recurso, con limitaciones físicas o mentales que recogían cada día. Algunos llevaban ahí años, otros habían llegado el día anterior. Todos ellos esbozaban grandes sonrisas al vernos, madre mía, que sonrisas, con NADA que tienen, el mundo es muy injusto con algunas personas. ¿Por qué unos tanto y otros NADA? ¿Con que derecho unos si, y otros no? No puedo olvidar a los enfermos besando los pies de la hermana agradeciendo todo lo que estaban haciendo por ellos. Mas de uno nos emocionamos, y es que no es para menos.