Jaipur es una ciudad amurallada, y lo primero que llama la atención es su centro medieval, que atravesamos para ir al Palacio de la Ciudad. La ciudad entera está dividida por gremios, y puedes encontrar toda una calle llena de puestos de joyeros, otra de telares, otra de chatarreros y dos calles más allá encuentras siete farmacias juntas. Y digo yo, que lo de los gremios antes se podía entender, pero.. y hoy en día? que sentido tenían estas siete farmacias en fila? eso no se llama canibalismo (o eso me han enseñado en 7 meses de master)? Aaaahh... claro, se me había olvidado que aquí seguimos en la edad media....
Llegamos al Palacio de la Ciudad, y lo primero con lo que nos encontramos fué con unos encantadores de serpientes (cobras para ser mas exactos). Hombre... yo creo que el rollo no deja ser un teatrillo para turistas, pero es curioso verlo y además es una profesión que da de comer a 300.000 personas en toda la India. Según dicen los encantadores, las cobras no les atacan porque les respetan, aunque existen un monton de leyendas sobre ello, que si les inyectan una pequeña cantidad de veneno de pequeños para inmunizarles, que si esconden una ramita en la mano que desprende un olor que les desagrada, que si las "ordeñan" cada mañana para sacarles el veneno.... En cualquier caso, una cobra no se toca todos los días, asi que no quisimos perder la oportunidad.
Lo que si me gustó, y mucho, fué el patio rojo del Palacio. El edificio principal del complejo es el Chandra Mahal, aunque sólo puede verse desde el exterior porque sigue siendo la residencia de la familia del actual Maharajá de Jaipur (es el edificio blanco en la foto)
Directamente de aquí nos fuimos a ver el Fuerte Amber construido por los mongoles, que está a 11 km de Jaipur, aunque esa tarde sólo pudimos verlo desde fuera y volvimos a la mañana siguiente para visitarlo por dentro. Impresiona muchísimo ver toda esa ciudadela amurallada, y el fuerte levantado sobre la colina rocosa, merece muchísimo la pena.
También había gente haciendo rituales en el templo, estaban pintando la cruz esvástica en la piedra, que es un símbolo sagrado para los hinduístas.
Como no podía ser de otro modo, hoy me despido con una foto de un elefante muy coqueto que nos encontramos en una calle de Jaipur :)