lunes, 3 de mayo de 2010

AmRiTSaR: el TemPLo DoRaDo y la FronTeRa con PaKiSTaN

Puesto que en Delhi ya estamos alcanzando temperaturas infernales de más de 40ºC, el último fin de semana nos fuimos a buscar un poco de fresquito a Amritsar, en el estado de Punjab al noroeste de India, y digo a buscar porque la verdad es que no logramos encontrarlo, y es que la temperatura era bastante similar a la de Delhi, así que no señores, a pesar de lo que pueda parecer, Amritsar no es un destino de los de verano en India :P

Aun así ha sido un fin de semana maravilloso y de desconexión total con las chicas. De hecho, creo que debería hacer muchos más viajes femeninos (alguno ya está programado, pero no voy a adelantar acontecimientos), y es que este finde me lo he pasado genial :)

Amritsar es el centro de la religión sijista de toda India, ya que en esta ciudad se encuentra el gran templo dorado, un lugar donde los sijs tiene que peregrinar al menos una vez en su vida a orar. El templo está construido sobre un estanque que dió nombre a la ciudad de Amrisar, que luego se construyó alrededor. Para contar un poco de historia, los sijs, que siempre han defendido eufóricamente su religión, quisieron crear un reino independiente para el Punjab, y en 1984 éstos ocuparon con sus armas el segundo santuario más sagrado del templo . En este momento, el entonces primer ministro india, Indira Gandhi, ordenó la toma del templo. La operación, que se denominó Estrella Azul, concluyó con el bombardeo del santuario y la consecuente masacre de activistas y peregrinos que pernoctaban en el templo. Esta operación provocó, cuatro meses más tarde, el asesinato de la propia Indira Gandhi a manos de sus guardias sijs y dio paso a las mayores revueltas vividas en el Punjab. Aún hoy en día la situación se revive a veces y requiere la intervención del ejército de India.


Los principios de un buen sij se basan en la ayuda a los necesitados, la lucha contra la opresión, la creencia en un único Dios (que no es ni hindú ni mahometano, sino que creen en la verdad) al que se debe venerar, el abandono de la superstición y la defensa de la fe con el acero. Como muestra de ello, en este templo se da de comer gratuitamente a unas 10.000 personas al día, y también se puede dormir en el templo sin coste alguno, todo esto dando igual de la casta, religión o nacionalidad que sea cada uno. Nosotras probamos la comida, pero lo de dormir la verdad es que lo dejamos para otra ocasión.
Un sij muy majo nos enseñó las cocinas del templo. Me llamó muchísimo la atención lo implicada en el asunto que estaba la gente que, voluntariamente, trabajan aquí, lavando platos sin parar, sirviendo comida sin parar, haciendo y repartiendo panes sin pausa... igual que robots, y había un ruido en ocasiones bastante estruendoso de platos y cubiertos metálicos de un lado para otro. No obstante, la verdad es que todo está bastante bien organizado. Para comer tienes que entrar a una especie de comedor, donde por supuesto no hay mesas ni sillas (no hay nada), y te tienes que sentar en el suelo en fila, pones el plato en el suelo y vienen unos indios con un cubo (un cubo de agua para que os hagáis una idea) y un cucharón, repartiendo comida de plato en plato sin descanso, y es que en este templo se sirve comida durante las 24 horas del día a todo el que quiera.


En las afueras del comedor también se agolpaba la gente comiendo


Las mujeres encargadas de hacer y repartir los panes


Una bebida refrescante de limón por 5rupias en ese momento no tenía precio



Un pequeño sij, o el momento virgencita con los pastorcillos, según María C.
mamá, me queda bien? =)

Después del templo dorado, nos fuimos a ver el desfile de la guardia de India en la frontera con Pakistán. Es muy divertido porque a un lado de la frontera están las gradas con todos los indios, y al otro las gradas con todos los pakistaníes, y la gente empieza a cantar algo así como:
- Hindustan, victoria! Hindustán, siempre vencerá!
Y mientras tanto, desde el otro lado de la frontera, se oye:
- Pakistan, victoria! Pakistan, siempre vencerá!

Así tienen como una "lucha" a ver a quien se le oye más. También ponen música india y pakistaní en cada lado de la valla y todo el mundo empieza a bailar, también intentando demostrar a ver quien puede más (por supuesto en este aspecto ganaron los indios). La guardia india y la pakistaní hacen la pantomima (o no tan pantomima), de desfilar, y como enfrentarse en la frontera, y si no, mirad la posición de la guardia india en la siguiente foto, encarándose al lado pakistaní:

Preparada para animar a India, of course!!

El lado indio

El lado pakistaní

Esa noche no habíamos dormido nada, porque alrededor de las 3 de la mañana estábamos ya de camino al aeropuerto, así que os podéis imaginar lo cansadas que estábamos después de todo el día, y nos fuimos directamente al hotel a echar una merecida y larga siesta, que por cierto me sentó fenomenal. Aquella noche fué de tertulia y no faltaron unas copas que nos habíamos traído desde Delhi (aunque luego resultó que en Amritsar si existen las licorerías, a pesar de ser el centro de la religión sijista, que entre otras cosas, prohibe el tabaco y el alcohol). Nos animamos a unirnos a una boda india (o eso creíamos), que se estaba celebrando en el hotel, pero no fuimos demasiado bien recibidas por la anfitriona, y es que era una fiesta de jubilación y le quitábamos demasiado protagonismo :P (a todo esto, que el resto de la familia estaba encantada). La verdad es que entramos sin pensarlo porque aquí en India siempre te reciben muy bien en este tipo de "eventos", pero esa noche nos tuvimos que ir con la música a otra parte :)
El domingo fuimos al parque del memorial de la masacre de Amritsar ocurrida en 1919, en la cual las tropas británicas dispararon contra una multitud de manifestantes sijs, cuando éstos se concentraron en Amritsar para protestar en contra de los regímenes de excepción impuestos por los británicos tras la primera guerra mundial. En el memorial hay expuestos restos de fachadas donde se puede ver las marcas de las balas, y también hay carteles aludiendo a la "tiranía", tal cual, del pueblo británico en ese momento.

Sheila, Isa y yo en el memorial ....

.... acosadas por una legión de fans

Después de visitar el memorial, pasó lo inevitable. Aún en Amritsar, una ciudad cercana a la frontera con paquistán, polvorienta y sucia como la mayoría de las ciudades en India, estábamos seguras de que lograríamos realizar alguna compra que seguro, merecía la pena. Y mirad donde acabamos, nos llevamos media tienda de pulseras brillantes y de colores, que por cierto, tras siete meses en India aún nunca había comprado :)

Isa concentrada en las compras, la verdad es que había tantas pulseras que terminamos todas con dolor de cabeza :)

María C. e Isa. Al rico zumo de frutas naturales recién exprimido y pasado por un trozo de hielo sospechoso en un puesto callejero. Oye, estaba deliciooooso

Sheila paseando por las calles de Amritsar

Aunque parezca mentira, primera vez que montaba en India en bici-ricksaw
Por último fuímos a visitar el templo de Mata, al que acuden las mujeres que quieren tener hijos. El templo está lleno de espejos formando mosaicos de colores, escaleras, pasillos, pasadizos y cuevas que hay que atravesar. Un tanto hortera (vaya cosas digo para estar en India, jeje) pero sin duda diferente al resto de templos que habíamos visitado hasta ahora.

Isa en el templo de Mata


Saliendo de uno de los pasadizos

Vaya cuatro... el próximo finde más :)
¡Hasta la próxima!